martes, 12 de diciembre de 2017

COMUNICADO



ACTIVIDADES RECIENTES

  MESA DE TODOS SANTOS EN HOMENAJE A LOS CAIDOS EN LAS DICTADURAS.


 CONCIERTO ROCK POR LA MEMORIA



LARGA NOCHE DE MUSEOS

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* Crean equipo de apoyo para Comisión de la Verdad en Bolivia 


La institución tendrá una vigencia de dos años y podrá extenderse por un máximo de seis meses mediante una resolución del ente Legislativo.

Las Fuerzas Armadas de Bolivia (FF.AA.) informaron este lunes sobre la creación de un equipo de apoyo a la Comisión de la Verdad encargada de investigar las violaciones de derechos humanos durante las dictaduras establecidas entre 1964 y 1982.
El anuncio fue realizado por el comandante de las FF.AA., general Orlando Ariñez, luego de reunirse en La Paz con los integrantes de la comisión. "Hemos convenido en crear un equipo de coordinación del comando en jefe del Ejército, de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) y la Armada que coadyuve estrechamente la labor que ellos van a realizar", indicó Ariñez a los medios.
La presidenta de la comisión y exministra de Salud, Nila Heredia, agradeció la "predisposición" de las FF.AA. para facilitar el acceso a los documentos existentes y permitir que se entrevista al personal de la institución que vivió durante esa época para escuchar sus testimonios.

*Posesionan a 5 miembros de la Comisión de la Verdad para esclarecer crímenes de dictaduras


21 de agosto

El presidente Evo Morales posesionó este lunes a los cinco miembros de la Comisión de la Verdad, que tendrá la función de esclarecer los asesinatos, desapariciones forzadas, torturas, detenciones arbitrarias y violencia sexual acontecidos en Bolivia del 4 de noviembre de 1964 al 10 de octubre 1982.
La Comisión de la Verdad está integrada por el sindicalista Edgar Fidel Ramírez Santiesteban; el abogado y exasesor de Morales, Eusebio Gironda Cabrera; la exministra de Salud, Nila Heredia Miranda; exdirigente campesino, Teodoro Barrientos Céspedes; y la activista de derechos humanos, María Isabel Viscarra Quezada.
Ramírez, a nombre de la flamante Comisión, dijo que se buscará desentrañar lo que verdaderamente ocurrió en Bolivia durante los años de dictadura, pero no sólo para reivindicar los nombres de quienes murieron en ese proceso, sino “las causas que regaron de sangre y de luto los caminos de la patria”.
“Si tuviéramos que hablar de los nombres de los muertos no nos alcanzarían las horas ni tampoco podríamos (terminar de) llenar con sus nombres las murallas y hojas de papel, porque no solo se trata de víctimas que quedaron en el olvido, se trata también de las víctimas que quedaron como consecuencia de esas muertes”, remarcó.
Los cinco miembros fueron designados por el Presidente y según la Ley 879 del 23 de diciembre de 2016 –que creó la Comisión de la Verdad– ninguno de sus integrantes percibirá una remuneración.
La Comisión tendrá a la ciudad de La Paz como su sede de trabajo y su Plenario estará encabezado por una presidencia electa a través del voto de la mayoría absoluta de sus integrantes.
Sus miembros “gozarán de inviolabilidad personal y no podrán ser juzgados penalmente en el ejercicio de sus funciones, por las acciones asumidas en la investigación o por los resultados de la misma”, cita la Ley 879.
Además, la Comisión tendrá una vigencia de dos años y su plazo podrá ser ampliado por un máximo de seis meses mediante una resolución de la Asamblea Legislativa.
En ese periodo, entre otras tareas, podrá desclasificar los documentos militares, policiales y otro tipo de documentos, cuyo acceso sea restringido o sea considerado como confidencial.
En ese sentido, el presidente Morales pidió a los uniformados “ayudar” en este proceso.
“Mi pedido a nuestro Comandante de las Fuerzas Armadas (es) ayudar (porque) ustedes no son culpables, esta generación de las Fuerzas Armadas no es culpable (de las dictaduras), más bien es antiimperialista”, remarcó.
Asimismo expresó su deseo de que durante el trabajo de la Comisión de la Verdad se pueda encontrar finalmente el cuerpo de Marcelo Quiroga Santa Cruz.
“Quiero decirles hermanos de la Comisión, yo intenté con varios comandantes de las Fuerzas Armadas para saber dónde está el cuerpo de Quiroga Santa Cruz, no pudimos, tal vez una de las metas de la comisión (sea esa, ojalá) podamos encontrar y saber dónde está exactamente su cuerpo”, apuntó.

 

 

lunes, 1 de mayo de 2017


Tras 40 años de búsqueda, las Abuelas recuperaron al nieto 122


Sábado 22 de Abril | 21:50

Se trata del hijo de Enrique "el Lobito" Bustamante, y de Iris "la Lobita" García Soler. Ambos estuvieron en el centro clandestino de detención conocido como Club Atlético en la Ciudad de Buenos Aires.

Abuelas recuperó al nieto 122, hijo de Enrique "el Lobito" Bustamante y de Iris Nélida "la Lobita" García Soler.

"La Lobita", como se la apodaba, estudió sociología en la UBA. Estaba embarazada de 4 a 5 meses. Militaba en Montoneros, en las villas de Barracas, San Telmo, en 1976.

La mamá

Según consigna el sitio desaparecidos.org, fue secuestrada junto a su compañero, Enrique Bustamante, entre enero y febrero de 1977, en una pensión de la calle Tacuarí al 400 de Capital Federal. Fue llevada al CCD Club Atlético y a fines de abril de ese año fue trasladada a la ESMA. Allí dio a luz a un niño varón entre fines de mayo y junio de 1977, hoy recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo.

El abuelo materno del nieto recuperado, es decir, el propio padre de García Soler, era un coronel retirado del ejército que rápidamente se comunicó con la jerarquía militar. En mayo de 1977, altos cargos de la Junta Militar ordenaron que al chico, no se lo buscara más.

El papá

Enrique Bustamente tenía 25 años. Era el compañero de Iris Nélida García Soler. Al igual que "la Lobita", militaba en Montoneros y trabajaba en las villas de Barracas y en los inquilinatos de la zona. Enrique fue secuestrado junto a su compañera.

LA HISTORIA DE MAFALDA CORINALDESI

30 de abril de 2017 | El país
LA HISTORIA DE MAFALDA CORINALDESI
La Madre que enfrentó al Cóndor.



Mafalda Corinaldesi, una madre precursora que no llegó a marchar en la Plaza de Mayo.Luis Faustino Stamponi contaba que era militante gracias a su mamá. 
(Imagen: Gentileza Leticia Corinaldesi, Gentileza Nila Heredia.

Viajó de Punta Alta a La Paz apenas supo de la detención de su hijo en Bolivia. Se movió hasta que la dictadura de Hugo Banzer le probó que lo habían entregado a la de Jorge Rafael Videla. Al volver a Buenos Aires fue secuestrada y desaparecida.


Horas antes de ser secuestrada en el centro de Buenos Aires se cubrió la cabeza con un pañuelo para despistar a los hombres que la seguían desde el aeropuerto de Ezeiza. “Voy a luchar hasta el último momento para saber dónde está mi hijo”, advirtió en la última cita, el 19 de noviembre de 1976. Mafalda Corinaldesi, un ama de casa de Punta Alta, en el sur bonaerense, no llegó a marchar en Plaza de Mayo ni en la plaza de su ciudad. Tampoco pudo saber que el pañuelo se convertiría en símbolo de lucha contra el terrorismo de Estado de la mano de mujeres como ella, que el mundo conoció meses después como Madres de Plaza de Mayo.

Nacido en 1935, hijo de un chofer de la base naval de Puerto Belgrano y de una modista, Luis Faustino Stamponi contaba que era militante gracias a su mamá. “Con su tenacidad, sus esfuerzos, sus sacrificios, su trabajo intenso para ayudar a mantener el hogar, lo sensibiliza y lo impulsa a mirar a su alrededor, a ver las diferencias de clase y tomar posición, su lugar dentro de la sociedad”, escribió su primera esposa, Alicia Borgato. Stamponi inicio su militancia en Punta Alta, donde participó de la toma del Colegio Nacional a favor de la educación laica durante la dictadura de Aramburu. A fines de los ‘50 se sumó a Palabra Obrera y en 1962 llegó por primera vez a Cuba para recibir entrenamiento militar. Allí conoció a Ernesto Guevara y asumió como propia la doctrina del internacionalismo y la estrategia continental de lucha a la que dedicó el resto de su vida, que investigó el historiador Gustavo Rodríguez Ostria. Lloró al leer que Guevara lo había mandado a buscar a Buenos Aires (estaba en La Habana) para pelear en Bolivia, donde en 1969 se integró al Ejército de Liberación Nacional (ELN) que en 1975 se convertiría en Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT-B), y fue uno de los promotores de la Junta de Coordinación Revolucionaria con los tupamaros, el PRT-ERP y el MIR chileno.

“Durante el último conflicto, a pesar de la derrota, hemos visto agrandarse hasta lo increíble a simples y modestos hombres y mujeres del Pueblo, conscientes de que los pueden matar pero no esclavizar, y firmes y seguros en su triunfo final”, le escribió a su hija el 20 de agosto de 1976, mientras según su biógrafo “cumplía el rol de ‘responsable de los centros mineros’, el neurálgico centro de la resistencia política a la dictadura, y fungía en los hechos como jefe del PRT-B”.1 “Mi querida niña, espero ansioso noticias tuyas. No se me escapa que pueda sucederte algo, creo que es un riesgo que todos hemos medido, pero jamás se me ocurriría aconsejarte la pasividad, la indolencia y la ceguera frente al dolor y la explotación para asegurar tu integridad física. ¿De qué vale ésta frente a la injusticia y la barbarie de la sociedad capitalista?”, se preguntó Stamponi en momentos en que la dictadura de Hugo Banzer se ensañaba con el PRT-B y su pedido de captura entre “extremistas prófugos” circulaba por Bolivia.

“Gerardo” o “Miseria”, como lo conocían sus compañeros, fue secuestrado junto a Victoria Fernández y su bebé en la casa de un obrero en Llallagua, al norte de Potosí, el 28 de septiembre de 1976 a las tres de la mañana. Del operativo participaron la Dirección de Orden Político (DOP) de Bolivia y militares del regimiento de Tarapacá, aunque ya en los primeros interrogatorios se topó con oficiales con acento argentino, declaró la mujer en el juicio por el Plan Cóndor. Mientras lo torturaban y exponían en cuarteles como un trofeo, la noticia de la detención se publicó en el diario Presencia, de La Paz. Llegó a oídos de su hija adolescente en Buenos Aires por Radio Colonia, de Montevideo, y desde allí a Punta Alta, hábitat natural de los marinos que por esos meses perfeccionaban la “muerte cristiana” en vuelos sobre el Río de la Plata, que en 1977 aplicarían a las Madres fundadoras Azucena Villaflor de De Vicenti, Esther Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco.

Mafalda Corinaldesi, que había enviudado, vivía de coser y tejer para afuera y tenía terror de que le robaran a su nieta, no dudó en viajar a Bolivia para averiguar sobre su hijo. “¿Vos si tenés un hijo lo vas a abandonar? –le planteó a una sobrina que le recordó el contexto–. Es lo único que tengo y quiero verlo”. Apenas llegó a La Paz, el 13 de noviembre, notó que la vigilaban. Después descubrió que le habían allanado la habitación del hotel aunque no le robaron nada. En el Ministerio de Gobierno la recibió e interrogó el mayor Jorge Cadima Valdez. Le dijo que a su hijo lo habían expulsado del país y lo habían entregado a fuerzas de seguridad argentinas en la frontera con La Quiaca el 15 de octubre. Como prueba le entregó un radiograma firmado por el subprefecto de Villazón.

En la mañana del 19 de noviembre llegó al aeropuerto de Ezeiza en un vuelo de Lloyd Aéreo Boliviano. Antes de que le sellaran el pasaporte vio que le avisaron a un hombre de civil, que la siguió hasta el hotel. A las cinco de la tarde, con ruleros y un pañuelo para romper el seguimiento, se entrevistó con su nuera, quien le advirtió del peligro y le aconsejó volver a Punta Alta. “Usted no me puede pedir eso. Soy la madre, voy a luchar hasta el último momento para saber dónde está mi hijo”, respondió. “Estaba convencida de que sus trámites iban a dar resultado. Nunca imaginó la bestialidad de lo que estaba pasando. Sólo pensaba en encontrar a su hijo y cuidarnos a nosotras”, recordó Borgato, quien se radicó en Cuba. En los primeros minutos del 20 de noviembre, el día que cumplía 60 años, tres hombres de civil la secuestraron del hotel Esmeralda.

Las desapariciones de madre e hijo formaron parte cuarenta años después del juicio por la Operación Cóndor, como se denominó la coordinación represiva entre dictaduras del Cono Sur. Por el caso Stamponi fue imputado el ex dictador Jorge Rafael Videla; por el de su madre, Jorge Olivera Róvere, dueño de vidas y muertes de la capital argentina en 1976. Ambos murieron durante el proceso. La Corte Penal de Roma que en enero condenó a ocho ex altos mandos de Bolivia, Perú, Chile y Uruguay por víctimas del Cóndor de origen italiano también incluyó sus casos, por los que dieron testimonio Rodríguez Ostria, Fernández y Nila Heredia, militante del PRT-B secuestrada y torturada en abril de 1976 y última compañera de Stamponi.

“Luis siempre se refería a su mamá con mucho cariño, su padre había muerto varios años antes”, recuerda Heredia. “Tengo la impresión de que su madre acompañó y protegió las ideas de Luis. Su presencia en Bolivia para reclamar por él demuestra cuánto lo quería. Con seguridad habría sido una de las luchadoras por la aparición con vida de su hijo”, agrega la ex Ministra de Salud de Evo Morales. “Lastimosamente la desaparecieron de un modo atroz luego de ser engañada, postergada y burlada en la información que el Ministerio de Gobierno le trasmitió respecto de la fecha de la entrega de su hijo a la represión argentina. Con seguridad el retorno a Buenos Aires fue comunicado por el Ministerio de Gobierno boliviano al argentino, de otra manera no se podría entender que la misma noche la detuvieran y desaparecieran”, destaca Heredia, ex presidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional (Asofamd) que reclama la creación de una Comisión de la Verdad, Memoria, Justicia y Reparación por las violaciones a los derechos humanos en Bolivia entre 1964 y 1982.

La memoria avanza a paso lento. En La Paz, la imagen de Stamponi integra desde 2004 un mural del artista Walter Solón Romero en la Plaza del Desaparecido “José Carlos Trujillo”, al pie del mirador Montículo. Los nombres de madre e hijo identifican desde el año pasado una calle del municipio de Ancona, en el centro de Italia, de donde provenían ambas familias. Gracias al Movimiento por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Punta Alta (MoVeJuPA), que da pelea en un territorio hostil a esos fines por la influencia de la Armada y del diario La Nueva Provincia, desde el 24 de marzo de 2012 las fotos enmarcadas de Mafalda Corinaldesi y Luis Stamponi ofician de recordatorio en el Concejo Deliberante de su ciudad, donde pocos reparan haber tenido a una precursora de las Madres de Plaza de Mayo.


1 “Luis Faustino Stamponi.
Una vida en la lucha armada, 1962-1976.” Por Gustavo Rodríguez Ostria. Lucha armada en la Argentina. Anuario 2011.

martes, 17 de enero de 2017


CONDENAN EN ITALIA A CADENA PERPETUA A LUIS GARCIA MEZA Y LUIS ARCE GOMEZ POR EL PLAN CONDOR.




Los exdictadores bolivianos Luis García Meza y Luis Arce Gómez fueron sentenciados a cadena perpetua en el proceso seguido a varios exmilitares por el denominado Plan Cóndor.

La Razón Digital / Carlos Corz / La Paz
14:18 / 17 de enero de 2017

 

Los dictadores bolivianos Luis García Meza y Luis Arce Gómez, junto a otros seis exmilitares, fueron condenados por el Tribunal de Roma a cadena perpetua por la muerte de una veintena de italo-latinoamericanos en la época del Plan Cóndor, la represión emprendida entre las décadas de los 70 y los 80.
También fueron condenados los chilenos Hernán Jerónimo Ramírez y Rafael Ahumada Valderrama, los uruguayos Juan Carlos Blanco, y los peruanos Francisco Morales Bermúdez, Pedro Richter Prada y Germán Ruiz Figueroa, reportó EFE desde Roma.
García Meza cumplió 21 años de prisión en Bolivia (10 en COSSMIL). La hoy ex Corte Suprema de Justicia lo condenó en 1993 a 30 años de cárcel sin derecho a indulto, pero recién se ejecutó cuando fue detenido despues de haber fugado en 1995. Gobernó entre 1980 y 1981, tras un cruento golpe militar que derrocó a Lydia Gueiler Tejada.
Arce Gómez también fue condenado a 30 años de cárcel sin derecho a indulto por delitos de lesa humanidad. El exministro del Interior cumplió una condena en Estados Unidos por crímenes de narcotráfico y luego fue expulsado a Bolivia y desde entonces guarda detención por delitos de lesa humanidad y daño económico al Estado.
El exministro de la dictadrua lanzó la advertencia de que se debería andar con el testamento bajo el brazo.
Alrededor de 500 asesinatos, desapariciones forzadas y 4.000 detenidos son atribuidos al gobierno de García Meza, quien también fue vinculado con el narcotráfico, entre otros delitos y hechos de corrupción.

La Justicia italiana absolvió a los chilenos Pedro Octavio Espinoza Bravo, Daniel Aguirre Mora, Carlos Luco Astroza, Orlando Moreno Vásquez y Manuel Abraham Vásquez Chauan, así como al peruano Martín Martínez Garay.

Tomó la misma decisión con los uruguayos José Ricardo Arab Fernández, Nino José Horacio Gavazzo, Juan Carlos Larcebeau, Pedro Antonio Mato Narbondo, Luis Alfredo Maurente, Ricardo José Medina Blanco, Ernesto Avelino Ramas Pereira, José Sande Lima, Jorge Alberto Silveira, Ernesto Soca, Jorge Néstor Troccoli, Gilberto Vázquez Bissio y Ricardo Eliseo Chávez.

La Fiscalía de Roma había reclamado en octubre la cadena perpetua para todos ellos (excepto para el uruguayo Chávez), al acusarles de matar y hacer desaparecer a una veintena de italo-latinoamericanos en el marco del Plan Cóndor.

La Operación Cóndor fue ideada por el general chileno Augusto Pinochet y coordinó la represión de la oposición política en las décadas de 1970 y 1980 por parte sobre todo de los regímenes dictatoriales de Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, reportó EFE.


La Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional y Social (Asofamd), que apoyó el proceso en Roma y notificó a ambos delincuentes, se mostró "muy emocionada" y "con la esperanza de que se pueda encontrar justicia".

En declaraciones a Efe, la presidenta de Asofamd, Ruth Llanos, expresó su dolor porque no se juzgara al exdictador boliviano Hugo Banzer (1971-1978), que murió por cáncer en 2002, y solidaridad por "el sufrimiento de los familiares del Uruguay que esperaban que sean condenados todos los militares" implicados en los crímenes juzgados, pero que en su mayoría fueron absueltos.


Asofamd fue la encargada, junto a un funcionario de Justicia, de hacer las notificaciones en Bolivia sobre el juicio en Roma y su presidenta explicó que lo hicieron en la cárcel a Arce Gómez y con una carta certificada "por debajo de la puerta" a García Meza, un procedimiento que está contemplado en la Justicia italiana.



 15 DE ENERO DE 2017


Con muchas flores y con un enorme respeto a las distintas formas que tenemos las familias para recordar a nuestros seres amados, hoy recordamos los 36 años de la Masacre del 15 de enero. Gracias a las tres generaciones de familiares por compartir lágrimas, dolor y esperanza. Gracias a las y los compañeros de Asofamd por el trabajo de difusión y preparación. Gracias a los jóvenes de la Comunidad Inti Phajsi por su arte y compromiso. Gracias a la agrupación HIJOS de Santa Fe y a los amigos solidarios que se hicieron presentes. Gracias a los medios que hicieron una cobertura de nuestro acto. Entre todos lucharemos contra la impunidad.
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 Familiares de los mártires de la calle Harrington y otros miembros de Asofamd Bolivia despues homenaje realizado en el memorial visitaron la tumba del padre LuisEspinal. Manifestaron que no dejarán que se exhumen sus restos por el capricho del abogado de Luis García Mesa. [Foto: Alejandra Pau/Página Siete]